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Introducción

Todo aquello que se comunica, paralelamente está significando algo, pero no viceversa. La intención del emisor es lo que diferencia a la comunicación de la significación.
Significar es el trasfondo de todo acto comunicativo, porque es a partir del significado que la comunicación adquiere un sentido representativo; sin embargo, no basta sólo con significar, para comunicar hace falta que el emisor haga manifiesta la intención informativa y que el receptor la perciba. Por tanto, como bien dice el autor, el significado puede producirse fuera del proceso comunicativo, pues sólo requiere de un signo y un significante, el significado, por su parte, está sujeto ya sea a las convenciones colectivas o a la subjetividad de un individuo.


De acuerdo con el modelo del código, la comunicación se consigue mediante la codificación y descodificación de mensajes. No obstante, otras teorías más recientes plantean que el acto comunicativo se construye a la vez con mecanismos de codificación e inferenciales. Ahora, la idea de que la comunicación es un proceso en gran parte inferencial es justificado a partir del hecho de que el hablante no siempre dice explícitamente lo que quiere decir, sino que da al oyente la necesidad de deducir del contexto la intención sugerida, es por eso que la comunicación se da mientras se reconozcan las intenciones. La oración es una propiedad gramatical y no tiene los elementos para dar a entender la intención circunstancial o actitud del hablante; el enunciado, en cambio, permite conocer la actitud proposicional e intencional de quien habla o emite un mensaje en un contexto determinado.


A través de este sitio web queremos ahondar sobre las diversas teorías que proponen un modelo de comunicación, cada una con sus definiciones, condiciones y usos; con el fin de brindarle al lector un conocimiento útil que le permita entender y asimilar cómo operan básicamente las interacciones comunicativas.

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